Tendencias, Actores y Procesos en el Estudio de las Relaciones Internacionales
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En cuanto al medioambiente como mal público mundial, el asunto ingresó a la agenda internacional en los años setenta, mientras que como objeto de estudio de las Relaciones Internacionales, sus primeros abordajes teóricos iniciaron a principios de los noventa, a la par de la institucionalización del medio ambiente en la política internacional. Y es que, el desfasamiento entre una fecha y la otra tiene su origen en sucesos externos. Por ejemplo, los hallazgos que desde los años sesenta se dieron en otras disciplinas científicas y que enfatizaron sobre la relación existente entre el crecimiento económico y el deterioro ambiental (cuestionando los límites del crecimiento) orillaron a los Estados a organizar, en 1972, la primera cumbre sobre el medio ambiente, mejor conocida como la Conferencia de Estocolmo. Y posteriormente, vino la creación del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
La sociedad internacional actual dista mucho de parecerse a la que existía cuando se creó la disciplina de las Relaciones Internacionales. A 100 años de distancia, los avances tecnológicos en los medios de comunicación y el transporte, han desarrollado un proceso de globalización que modificó la percepción del tiempo y el espacio, e inició una transformación en la dinámica económica, social, política y cultural en todos los rincones del planeta. La aparición de otros actores además de los Estados en el sistema internacional, la redistribución del poder hacia otras regiones del mundo, la creciente interdependencia, junto con la diversidad de objetivos de los tomadores de decisiones y la selección de los medios para alcanzarlos, no solamente modificaron la estructura del sistema internacional, sino que también, al ya conocido impacto de los sucesos globales en el plano local. A lo que se le suma la creciente influencia que están teniendo las acciones de los actores locales en el plano internacional.
Pero hay más, a finales de la segunda década del siglo XXI, pese a los avances evidentes en el bienestar de la población, la sociedad internacional presenta riesgos y desafíos que no se vivieron cuando se estaban gestando las primeras posturas teóricas de las Relaciones Internacionales: la amenaza del cambio climático, la delincuencia internacional organizada, la regulación del ciberespacio, el deterioro ambiental, la sofisticación del armamento nuclear, el tráfico de órganos, los continuos flujos migratorios, el surgimiento de nuevas enfermedades, el logro de los derechos de las minorías, los movimientos feministas, el creciente poder de los organismos no estatales, entre otros, han demandado a la disciplina científica de las Relaciones Internacionales tener mayor apertura para el ingreso de nuevos temas a este campo de estudios.
15 abril, 2021 por Ana B. Cuevas Tello