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Transferencia de conocimiento y sistemas de innovación para el desarrollo sustentable

En cuanto al cambio climático, 2005 fue un año muy relevante por dos sucesos: 1) después de ocho años de negociación, entró en vigor el Protocolo de Kioto (PK); y, 2) se celebró la Conferencia Mundial sobre la Reducción de Desastres. Como resultado del primero, se establecieron objetivos jurídicamente vinculantes para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en 5.2 % en relación con los niveles de 1990, y se propuso como meta para su alcance el año 2012. Por otro lado, en el segundo se estableció el Marco de Acción de Hyogo para llevarse a cabo el periodo 2005-2015, es decir, se acordaron medidas para reducir las pérdidas
–económicas, sociales y medioambientales– ocasionadas por los desastres naturales.

El supuesto de la relevancia anunciada de estos dos sucesos fue en el sentido de que, en su momento, representaron el compromiso institucional de la comunidad internacional de frenar, por un lado, el incremento de la temperatura del planeta y, por el otro, de reducir el riesgo y la vulnerabilidad que ocasionan las consecuencias del cambio climático. Es decir, con la puesta en marcha de estos acuerdos, se abrió la posibilidad de hacerle frente a una de las principales amenazas de la sociedad actual, pues el cambio climático y sus riesgos se colocaron en donde deberían estar, bajo los acuerdos de un régimen internacional que funciona con la cooperación
y el compromiso de los Estados.

Sin embargo, a poco más de una década –y a pesar de los avances presentados–, ni el PK ni el Marco de Acción de Hyogo han sido exitosos. Los niveles de dióxido de carbono (principal GEI por su cantidad en la atmósfera) continúan aumentando. En abril de 2016, la concentración de estos alcanzó 404.8 partes por millón (ppm), cuando en abril del 2015 fueron 400.72 pmm (NOAA, 2016). En cuanto a los daños por desastres naturales, de acuerdo a datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), durante este periodo, más de 700 mil personas perdieron la vida, alrededor de 1.4 millones sufrieron heridas y, aproximadamente, 23 millones perdieron sus casas. En promedio mil 500 millones de personas fueron afectadas por el cambio climático y, entre 2008 y 2012, más de 144 millones de individuos fueron desplazados por los desastres naturales. Por el lado económico, las pérdidas ascendieron a poco más de 1.3 billones de dólares (ONU, 2015).


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04 septiembre, 2020 por Ana B. Cuevas Tello