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México y la cuenca del pacífico Vol. 10, Núm. 28

El nivel de industrialización y el liderazgo mundial de Estados Unidos de América fueron los motivos fundamentales por los que la comunidad internacional condenó, de manera tajan-te, el rechazo de este país al Protocolo de Kyoto. Resulta irónico e inquietante que la nación con mayor emisión de gases contaminantes y la principal promotora de los bienes públicos mundiales no hubiese ratificado y abanderado el primer Acuerdo internacional que intenta poner freno a los efectos adversos del cambio climático.

Estados Unidos, en su historia reciente, ha sido pionero en el proceso de investigación, inversión e instrumentación de medidas ecológicas en favor de los recursos naturales y el cambio climático; hecho que lo ha llevado a autonombrarse “líder en la protección del medio ambiente” y a comprometerse a ayudar a otras economías a mantener un equilibrio ambiental dentro del interior de sus territorios. No obstante este papel activo, en 2004, alegando daños a la economía doméstica, dio un no rotundo al Protocolo de Kyoto.

La discordancia que existe en el comportamiento de la nación estadounidense ha despertado el interés por analizar qué hay detrás de esta conducta poco ortodoxa en una potencia económica-política que promueve de manera constante e innova-dora la protección al medio ambiente y la construcción de regímenes internacionales. En este sentido surgen las siguientes interrogantes: ¿qué hace que un líder mundial decida no intervenir en el primer convenio internacional que intenta revertir las secuelas del cambio climático?, ¿acaso Estados Unidos no es consciente de la vulnerabilidad a la que se expone todo el planeta si no se pone fin a los efectos de este fenómeno ambiental?, ¿por qué predica el bienestar del medio ambiente pero es inca-paz de comprometerse ante la comunidad internacional?, ¿qué componentes del Protocolo de Kyoto no convencieron al gobierno de Estados Unidos?, ¿qué elementos de la política doméstica le impidieron a este país ratificar el mencionado Protocolo?



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29 julio, 2020 por Ana B. Cuevas Tello