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México y la cuenca del pacífico Vol. 7, Núm. 23

Después de siete años de acuerdos y negociaciones, el 16 de febrero de 2005 entro en vigor el controversial Protocolo de Kyoto. Este tratado internacional que se gesto entre los miembros de las Naciones Unidas, en la Cumbre de la Tierra, en Rio de Janeiro, Brasil tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático de la Tierra. El compromiso es que el periodo de 2008-2012 los países desarrollados reduzcan el total de emisiones a la atmósfera por lo menos en 5.2 por ciento en relación con los niveles de 1990.

Tras esta medida, los 143 países signatarios confían que se produzca el primer paso para una revisión histórica de la tendencia ascendente y se frenen los efectos catastróficos del calentamiento global, al tiempo que se espera favorecer la sustentabilidad en los países no desarrollados. Este tratado internacional podría parecer la panacea que ponga fin a los principales problemas ambientales; sin embargo, los mecanismos para alcanzar la meta, junto con las países que se abstuvieron de ratificarlo, y la naturaleza misma del tratado internacional han generado que tanto especialistas, ONG y público en general duden de la efectividad de este prometedor proyecto.



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17 julio, 2020 por Ana B. Cuevas Tello